La industria del sexo sigue moviendo miles de millones de dólares en todo el mundo, con un resurgimiento espectacular en la era de Internet. Dentro de esta industria podemos incluir tanto a las chicas que ofrecen contenido erótico en Onlyfans como a las acompañantes sexuales que entregan sus servicios en cualquier ciudad del mundo, pasando también por las empresas que se dedican a fabricar juguetes sexuales, o las que graban escenas eróticas. Un gigantesco conglomerado que, si bien ha sido vilipendiado por buena parte de la sociedad por considerar inmoral y vulgar, se mantiene incluso en las épocas de vacas flacas, como esta. De hecho, queramos reconocerlo o no, la industria del sexo puede ser la una vía de salida para muchas personas, especialmente mujeres, en situaciones económicas precarias. Los datos del aumento de la prostitución en épocas de crisis en muchos países así lo atestiguan.

Internet ha permitido que esta industria se expanda y se globalice en todos los sentidos. Ahora, una chica que quiera ganar dinero con su cuerpo puede hacerlo a través de shows en webcam o con sus fotos más subidas de todo en Onlyfans. No necesita llegar a convertirse en prostituta, o entrar en la industria del porno, algo también habitual hasta no hace tanto. La necesidad apremia a muchas chicas, tanto jóvenes como más maduras, a entrar en una industria que normalmente no es vocacional, sino una última esperanza para sobrevivir. Sin embargo, también hay mujeres que entienden que la prostitución o la industria sexual en general pueden ser un trabajo como cualquier otro, y muy beneficioso, por otra parte. Gwyneth Montenegro fue escort de lujo, así como actriz porno, y lanzó hace unos años un libro en el que destacaba toda su historia. The Secret Taboo, traducido como El Tabú Secreto en referencia a su trabajo como amante sexual, generó muchísima polémica en todo el mundo. Unos aseguraban que incitaba a la prostitución. Otros, que simplemente empoderaba a las mujeres. ¿Qué hay de verdad en todo esto?

Quién es Gwyneth Montenegro

Nacida en Australia en 1978, Gwyneth Montenegro se convirtió en escort profesional desde muy joven, ya que entendió que aquel trabajo iba a darle la vida que necesitaba. La chica, que también ha hecho sus pinitos como actriz porno, se mantuvo durante muchos años como amante profesional, una trayectoria que, según ella misma reconoce, le hizo acostarse con más de 10.000 hombres. El número, que podría ser exagerado, se pone en contexto al saber que estuvo doce años entregándose en los placeres sexuales con clientes de todo tipo. Gracias a esa experiencia, Gwyneth pudo posteriormente convertirse en escritora y conferenciante, dejar el trabajo que le ha dado la fama, y aconsejar a otras mujeres que estén dentro de la industria del sexo, o deseen estarlo. The Secret Taboo es su sexto libro, y seguramente, el más popular de todos.

Su vida en la prostitución

Montenegro decidió convertirse en trabajadora sexual recién cumplidos sus veinte años, como una opción más de empleo entre tantas como tenía por delante. Su físico le ayudó a llamar la atención de los hombres, y la chica entendió que tenía mucho potencial como amante profesional, ya que también disfrutaba mucho del sexo. Evidentemente, en todo el tiempo que estuvo como prostituta, más de una década, Gwyneth tuvo que llevar a cabo servicios de todo tipo, más disfrutables y menos. La chica asegura que la inmensa mayoría de clientes eran muy educados y, en realidad, solo buscaban sentirse atendidos y escuchados. La escort también tuvo que soportar episodios de agresiones tanto físicas como verbales, que le provocaron problemas de ansiedad y depresión durante un tiempo. Montenegreo trata de normalizar el mundo de la prostitución, afirmando que es un trabajo como otro cualquiera, con sus cosas buenas y malas.

Se acostó con más de 10.000 hombres

La joven australiana ya empezó a llamar la atención de los medios en 2014, años antes de la publicación de The Secret Taboo, cuando lanzó su libro 10.000 Men and Counting. Como el propio título reza, aquella publicación mostraba lo que Gwyneth había aprendido después de acostarse con más de 10.000 hombres, la mayoría de ellos en sus doce años como escort profesional. Según la australiana, los hombres no solo tienen un tipo ideal de mujer, sino que se sienten atraídos por muchos cuerpos diferentes. No necesitas tener una talla 100 de sujetador o las curvas perfectas, ya que siempre habrá mercado para ti, porque la variedad de gustos de los hombres es enorme. Muchos aseguraron que la chica había exagerado sobre el número de hombres con los que se había acostado solo para llamar la atención en titulares. Sin embargo, si hacemos números y tenemos en cuenta sus años como profesional del sexo, tal vez esos 10.000 hombres no sea una cifra tan descabellada.

Sus vivencias plasmadas en este libro

The Secret Taboo fue lanzado en 2017, siguiendo la estela de obras anteriores de la misma autora. Montenegro dejó la prostitución de lujo pasados los treinta, y comenzó a escribir libros y dar charlas motivacionales, muchas de ellas centradas en su trabajo como escort o en el empoderamiento femenino. Si bien ya había obtenido cierta repercusión con obras anteriores, The Secret Taboo podría considerarse su verdadera consagración en el mundo editorial. Y es que el lanzamiento del libro, en el que cuenta todas sus experiencias como escort e incluso da consejos a las chicas interesadas en este tipo de negocio, provocó un auténtico terremoto en todo el mundo. Medios de todo el planeta se hicieron eco de la publicación del libro, y la fama de Montenegro subió como la espuma al viralizarse algunas de sus entrevistas y declaraciones, ciertamente polémicas.

Recepción de ‘The Secret Taboo’

Cuando The Secret Taboo vio la luz en los países anglosajones, cientos de medios centraron su atención en aquel polémico libro. Desde los más conservadores, que apuntaban a Montenegro como incitadora de la prostitución, hasta los más liberales, que le daban voz a la autora para que explicase cuál era su intención con el libro. La prostitución sigue siendo hoy en día un tabú en muchas partes del mundo, como ha dejado bien claro esta obra, y todavía hoy se debate sobre su legalización o abolición. La nueva ola de feminismo también ha permitido que el debate llegue a un nuevo nivel, aunque ni siquiera estas nuevas feministas logran ponerse de acuerdo. ¿Es la prostitución  un trabajo empoderador para las mujeres o es una forma más de sometimiento frente a los hombres? Montenegro opina lo primero, por supuesto, aunque reconoce que la prostitución no es un negocio de color de rosa, y como cualquier trabajo, también tiene sus sombras.