Puerto Rico, destino de turismo sexual
Una pequeña isla en el Caribe, dependiente en parte de Estados Unidos, pero con una cultura y una idiosincrasia propias que la llevan a destacarse en todo el mundo. Puerto Rico se ha puesto en el mapa gracias a la música en los últimos años, ya que hay decenas de artistas a nivel mundial que han nacido en esta pequeña isla. Con solo tres millones de habitantes, los avances que ha vivido Puerto Rico en las últimas décadas son asombrosos, en parte también gracias a la llegada del turismo masivo. La situación en el país no es perfecta, y todavía hay mucha pobreza en las calles, pero está claro que las cosas siguen avanzando en pos del progreso. Poco a poco, Puerto Rico se ha convertido en un destino habitual para turistas tanto americanos como europeos, rivalizando incluso con República Dominicana o con Cuba dentro del propio Caribe.
El país cuenta con una perfecta combinación latino-norteamericana, siendo una rara avis en su entorno. Sus playas, sus ciudades, sus municipios, llenos de historia, atraen cada vez a más turistas. Y también lo hace el sexo, que se ha convertido sorprendentemente en otro gran reclamo turístico para la isla. Uno que se esconde en los informes, del que se prefiere no hablar demasiado, ya que involucra temas muy polémicos. ¿El sexo de pago en Puerto Rico es legal? Desde el primer momento debemos saber que no, pero eso no evita que esta pequeña isla sea el país donde más servicios sexuales se consumen en el mundo, en relación a su población. Un dato sorprendente que apareció hace unos años en un informe de la propia ONU, y que colocó a Puerto Rico por encima de Tailandia y de España, como uno de los grandes destinos del turismo sexual. ¿Es la situación tan preocupante como parece o más bien una exageración basada en un simple estudio? No resulta sencillo ahondar en una cuestión que está fuera de la legalidad, pero en este artículo vamos a intentar desentrañar la verdadera cara del turismo sexual en Puerto Rico.
Una situación peculiar
Puerto Rico cuenta con una situación muy peculiar en cuanto a su autonomía, ya que es un Estado Libre Asociado de los Estados Unidos de América. La isla tiene su propio gobierno, aunque muchas decisiones importantes dependen también del Congreso de los Estados Unidos. Aun así, hay bastante independencia en la toma propia de decisiones, como la creación de una ley con la intención de controlar la prostitución, hace unos años.
El gobierno puertorriqueño entendió que el sexo de pago se había convertido en un problema, y tras la aparición del informe de la ONU, decidió tomar cartas en el asunto. La ley que penalizaba la prostitución cayó en saco roto, sin embargo, a pesar de las cientos de detenciones que se produjeron, y todavía hoy día se sigue produciendo. El objetivo de erradicar la prostitución está todavía muy lejos, y lo máximo que se ha conseguido, como en otros lugares, es reducirla a ciertos establecimientos y sacar a las mujeres de la calle.
El sexo es un reclamo turístico más
Hay un dicho muy habitual que se repite cada poco en la capital de la isla. A San Juan de PuertoRico solo se va por dos motivos: negocios o sexo. En muchas ocasiones, de hecho, ambos motivos se combinan para muchos empresarios, que llegan a tener en este lugar a chicas de compañía esperándoles para sus viajes. El sexo como reclamo turístico ha tenido un gran empuje en los últimos años, aun siendo algo ilegal. Por supuesto, las autoridades lo niegan, pero desde muchas agencias de viaje se desliza la posibilidad de encontrar fogosas mujeres caribeñas en los viajes que se dan a la isla. Muchos grupos de hombres deciden venir para celebrar despedidas de soltero, o viajan incluso solos, a sabiendas de que no tendrán complicado encontrar compañía por aquí. ¿Es motivo suficiente esto para viajar hasta Puerto Rico?
Dependerá de lo que el turista busque, y lo que esté dispuesto a pagar por obtenerlo. Es un destino relativamente económico, especialmente si lo comparamos con otros parecidos de la zona. No tiene tango glamour ni se ha vendido como destino para parejas o para familias. Puerto Rico ofrece una gran cantidad de bondades turísticas, pero está claro que el sexo de pago se ha colado como la principal de todas ellas, y ya es algo complejo de solventar. El reclamo sexual ha hecho que muchos locales y negocios, especialmente en la capital, se hayan convertido en burdeles clandestinos. Para evitar las leyes restrictivas, las chicas trabajan como meseras, dependientas o masajistas, y ofrecen, de manera velada, servicios sexuales a los clientes.
Lugares dónde encontrar a estas mujeres
El Gobiernos de Puerto Rico se afanaba recientemente en demostrar que la prostitución había desaparecido de las calles del país. Un aparente triunfo de su ley de multas y sanciones, que en realidad no era tal, puesto que la prostitución solo había cambiado de sitio. En los últimos años, y sobre todo gracias a la tecnología, las prostitutas tenían formas más eficientes de llegar a sus clientes que esperarles en la calle. Estaban más expuestas de esta manera, especialmente cuando las fuerzas del orden decidían hacer redadas.
Por tanto, las chicas pasaron a trabajar desde sus departamentos, colocando anuncios en páginas web y de contactos. Otras muchas entraban a trabajar en prostíbulos clandestinos, bajo la fachada de negocios normales como tabernas o tiendas de souvenirs. Estos anuncios se han convertido en la manera más sencilla de encontrar a las chicas en Puerto Rico. Existen webs donde también nos dan pistas sobre los barrios por donde suelen trabajar, casi siempre en negocios “normales” a primera vista. Por último, también es habitual que nos puedan poner en contacto con una persona encargada de buscarnos a una chica para pasar un buen rato en nuestro hotel. Este tema ya es más peliagudo porque estaríamos hablando de proxenetismo en la mayoría de casos, y nos estamos exponiendo a algo muy peligroso. Las discotecas, los bares y los pubs frecuentados por turistas también son lugares por donde paran las escorts de forma habitual, en busca de clientes con ganas de sexo.
Una situación que se agrava cada vez más
Los intentos del Gobierno por erradicar la prostitución pueden considerarse, de hecho, como una prueba de que la vía abolicionista no funciona. Especialmente en países como Puerto Rico o España, que también se la está planteando, a pesar de comprobar que la prostitución no se esfuma, sino que se transforma, cambia de lugar, pero no desaparece. La situación se está agravando más y más y las condiciones en las que trabajan estas chicas son cada vez más penosas.
Aun así, la mayoría de ellas prefiere seguir en este negocio, a sabiendas de que es dinero fácil y rápido. Las alternativas en la isla son mucho más precarias, y la opción de mudarse a Estados Unidos no entra en los planes de muchas. Es así como la prostitución sigue floreciendo en Puerto Rico.